Los tiempos que corren hoy son similares (sino idénticos) a los que corrían ayer. Por eso hoy quiero compartir, entera, la poesía de la que ayer usé una parte. Cuando se me tambalean los significados, cuando se me agotan los significantes, siempre viene algún literato al rescate. Hoy cuelgo esta clave para enero... ese lunes de los años.
Clave para los lunes
¿Y si de pronto llueve, como a veces sucede?
¿Y si pasa noviembre sin tus ojos? ¿Si cae
el corazón al pozo de sus crueles honduras
y duele, nuevamente, en lo propio la sangre?
Puede pasar. Hay veces que nos ronda el presagio
y que uno, mansamente, entra a las tempestades
sólo porque ha sembrado de vientos la memoria
y, denodadamente, junta furia en las manos.
En días como éstos suelo esperar la lluvia,
un olvido, esas muertes, cierta ausencia incesante
y aunque no advierta signos en las hojas del día
entro, como un guerrero, al país de la tarde.
Suele pasar. Hay días que duele interrogarse.
y duele, nuevamente, en lo propio la sangre?
Puede pasar. Hay veces que nos ronda el presagio
y que uno, mansamente, entra a las tempestades
sólo porque ha sembrado de vientos la memoria
y, denodadamente, junta furia en las manos.
En días como éstos suelo esperar la lluvia,
un olvido, esas muertes, cierta ausencia incesante
y aunque no advierta signos en las hojas del día
entro, como un guerrero, al país de la tarde.
Suele pasar. Hay días que duele interrogarse.
Armando Tejada Gómez
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